lunes, 26 de octubre de 2015

Quiéreme, búscame.

“El que te quiere, te  busca”. Seis palabras que hemos oído todos muchísimas veces, ¿pero? ¿Seguro que esa frase está bien? Yo diría mejor : “El que te quiere te valora”. Una frase también de seis palabras, donde solo ha cambiado una, busca, que la he remplazado por valora.
Que una persona te busque no significa que te quiera. Te puede buscar por mogollón de cosas, por muchos intereses. Por eso yo me atrevo a cambiar la típica frase porque creo que quién realmente te quiere, te valora. ¿De qué sirve buscar a una persona si cuando la encuentras no la cuidas? ¿De qué te sirve?
Nos hemos pasado la vida diciendo frases que hemos oído, leído, frases que a lo mejor nunca hemos analizado, frases que te sabes de memoria y las sueltas sin más, frases que han perdido toda carga emocional y se han convertido en pequeños refranes que decimos de carrerilla.

A mí no me busques si no me vas a valorar, si me quieres me lo tienes que demostrar con mucho más que un “te encontré”.

Lo mejor de cada situación

“A veces basta con quedarte en silencio y observar lo que ocurre a tu alrededor. Muchas veces estamos pendientes de tantas cosas que se nos olvida que lo mejor está delante de nosotros. Mucha gente mirará esta foto y lo único que verá será un río y unos cantos árboles, mirará y verá naturaleza. Otros, en cambio, miraremos y veremos al igual que los demás árboles y un río, pero también veremos esperanza, color verde esperanza, porque no solo nos fijamos en las cosas materiales que hay, sino también en los colores, sentimientos, en los pequeños detalles y en otras muchas cosas. A veces no solo se ve con los ojos, sino con el corazón. Y mucha gente nunca mira con el corazón y ¿sabes qué es lo peor de ello? Que se pierde grandes cosas porque muchísimas veces las cosas son tan grandes que no solo se pueden ver con un sentido como es el de la vista. E incluso, si cierras los ojos y lo piensas con todas tus fuerzas hasta puedes oír el ruido que hace el río al chocar con algunos juncos y algas. Muy poca gente sabe oír con el corazón, reír con la mente, ver con los ojos cerrado… Esa gente se está perdiendo grandes cosas, no lo saben valorar”.
La conclusión de todo esto es que los sentidos independientemente no son nada, hay que utilizar todos a la vez para poder sacar lo mejor de cada situación.